Hablar del estilo Café Race es referirse a mucho más que a motos clásicas. Nos lleva a un mundo con gusto por lo ‘vintage’, donde la estética de la moto prima sobre la tecnología de sus componentes.
El origen de las motos café racer
Se remonta al Reino Unido de la década de los 50, y a unos jóvenes moteros y rockeros que buscaban que sus motos utilitarias fueran más rápidas. El apelativo “café race” se debe a que estos moteros hacían carreras de café a café, en el tiempo que duraba una canción de rock. Y entre ellos surgió la rivalidad por demostrar quién era más rápido. Para conseguirlo, recurrían a modificar las motos, tomando piezas de otras marcas, las aligeraban quitando elementos como faros, espejos o baterías. Les hacían modificaciones buscando una posición más aerodinámica, retrasando los reposapiés, poniendo manillares deportivos, etc.
Tipos de motos café racer
Fundamentalmente, se distinguen los siguientes tipos:
– Nuevas de fábrica: las fabrican desde marcas populares como BMW o Ducati, a otras más exclusivas como Royal Enfield o Triumph.
– Fabricadas a partir de otras motos: representan el auténtico espíritu café racer. Pueden encargarse a un taller o, si somos unos manitas, hacer nosotros mismos las modificaciones.
– También se diferencian por la cilindrada de su motor. Y por las dimensiones del chasis.
En todo caso, las motos café racer se distinguen porque cada una es única. El grado de personalización es máximo. También comparten que sus motores son de refrigeración por aire. Y, en muchas ocasiones, las piezas café racer tiene que fabricarlas un taller porque están descatalogadas.
Sin duda, el estilo café race es una moda, pero también implica un modo de ver la vida y de diferenciarse.
Fuente: www.seguroscatalanaoccidente.com