Hacer fotos fomenta la autoestima y el recuerdo positivo
¿Eres de las personas que hacen fotos de todo lo que les rodea? ¿Compartes en Instagram, Facebook y Twitter todos tus platos de comida? Si eres de los que guarda todas sus experiencias en la galería de imágenes de su Smartphone u ordenador, estás de enhorabuena. Según un estudio, la fotografía nos hace más felices. ¿Quieres saber por qué?
Hacer fotos nos ayuda a vivir más intensamente el momento
A pesar de decirse que hacer fotos de manera constante te hacer perder el momento (como lo hacen los turistas, que están más pendientes de los botones de la cámara que de la obra de arte que hay ante sus ojos o los deportistas que viven experiencias extremas mirando a la cámara), según las últimas investigaciones de la University of Southern California Marshall School of Business, hacer fotos de todo lo que te rodea te permite concentrarte más en lo que estás viviendo.
A través de la intención de la fotografía se capta la realidad de forma diferente porque se busca capturar el instante preciso y más valioso de la experiencia a la que quieres aferrarte. Eso hace que la gente se comprometa con lo que está haciendo y lo disfrute más. El estudio también aclara que no importa si las fotos se hacen con una cámara fotográfica o desde el móvil.
La nostalgia positiva que esconden las fotografías
Las fotografías son la mejor forma de conservar recuerdos de una forma más tangible. Volver a verlas tiempo después nos ayuda a revivir y rememorar buenos momentos y ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo.
Visualizar las fotos de nuestros días pasados nos hace sentir la calidez de lo conocido como la nostalgia positiva, caracterizada por su estímulo positivo de memoria y recompensa.
Otros beneficios de la fotografía
–Desarrollar el ojo fotográfico. Si algo tiene que agradecer el mundo de la fotografía a las redes sociales es el afán didáctico y de aprendizaje que ha crecido en torno a esta disciplina. El hecho de querer compartir fotos de forma pública hace que nos preocupemos más por desarrollar nuestro ojo fotográfico y mejorar la composición de los elementos, el contraste de la luz, etc.
–Fomentar la autocrítica constructiva. Al hilo de lo anterior, hacer fotos se convierte en una afición adictiva que entra en competición con uno mismo, donde cuanto más se practica y más se comprende, más se detectan los errores y se intenta corregirlos. Seguro que tus últimas fotos en Instagram son mucho mejores que las primeras.
-Mejora la autoestima. Encontrar una actividad que nos gusta y que somos capaces de dominar poco a poco nos hace sentir mejor con nosotros mismos; y si además le sumamos el poder del recuerdo y su potencial sociabilizador, no es de extrañar que hacer muchas fotos también mejore nuestra autoestima.
Los especialistas aclaran que la felicidad de la fotografía no depende del botón de clic, sino de todo el momento de planificación que acompaña. En este sentido, tomar fotografías mentales y detenerse a contemplar nuestro entorno tiene el mismo efecto sobre nosotros. ¿A qué esperas para fotografiar todo lo que te rodea?
Fuente: www.seguroscatalanaoccidente.com
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